sábado, 13 de mayo de 2017

Bienvenidos



Elaborado por:

Alvarado Cruz Mario 
Hernandez Elimar
Hernandez Cleibert
Silva Carla
Vargas Manuel

5to "B"





Donde se encuentra


La imagen de la Divina Pastora, Patrona del estado Lara, se encuentra en la iglesia de Santa Rosa, pueblo cercano a Barquisimeto.
 Los larenses la veneran con especial cariño y devoción, regalándole sombreros y trajes de telas preciosas, algunos de ellos encargados a los modistos más afamados del mundo, motivo por el cual muchas personas comentan que no hay mujer en Venezuela que tenga un vestuario más lujoso que el de la Divina Pastora.

Recorrido de la Divina Pastora



Cada 14 de enero se realiza una de las procesiones de la Divina Pastora,o en la que los devotos trasladan la imagen desde el templo de Santa Rosa hasta la Catedral Metropolitana de Barquisimeto para luego visitar las 52 parroquias de la ciudad, tres Vicarias y dos iglesias filiales, para finalmente emprender el regreso a su santuario cada Sábado de Concilio (el día antes del Domingo de Ramos de la Semana Santa).


El recorrido de la procesión tiene un poco más de 7.5 km. dando inicio con la última misa realizada en las afueras del templo de Santa Rosa. La Virgen comienza su peregrinar por la Avenida Lara hasta la Plaza Macario Yépez, punto que en décadas anteriores representaba la entrada a la ciudad. Allí es recibida con una serenata de la Orquesta Mavare. Después de este punto, el recorrido continúa por la Avenida Morán, culminando con la misa de llegada celebrada a lo largo y ancho de la Avenida Venezuela, teniendo diferentes actos culturales y musicales que finalizan una jornada llena de fervor y fe mariana.



En 2016 se estimó que casi 4 millones de devotos y peregrinos acudieron a la procesión procedentes de distintas partes de Venezuela y del mundo para acompañar a la Divina Pastora en su camino desde la iglesia de Santa Rosa a la Catedral de Barquisimeto en el estado Lara. Los larenses la veneran con especial cariño y devoción, regalándole sombreros y trajes de telas preciosas, algunos de ellos encargados a los modistos más afamados del mundo, motivo por el cual muchas personas comentan que no hay mujer en Venezuela que tenga un vestuario más lujoso que el de la Divina Pastora de Barquisimeto.


El milagro de la erradicación del cólera



En 1835 el presbítero José Macario Yépez, fue designado Vicario Foráneo de Barquisimeto. Dos años después fue nombrado Cura Interino de la iglesia Inmaculada Concepción y al poco tiempo, pasó a ser el párroco responsable del acontecer eclesiástico de toda la parroquia. Fue un vicario que, además del ejercicio dinámico de sus funciones, tuvo una dilatada y conocida trayectoria publica, por lo que supo ganarse el respeto y el aprecio de todos los estratos sociales de la colectividad barquisimetana.

En 1856 llegó a Barquisimeto la epidemia de cólera que azotaba el país. Como el contagio y el número de fallecidos aumentaba cada día, el padre Yépez decidió enfrentarla, convocando el 14 de enero de ese mismo año a una rogativa en el sitio de Tierritas Blancas, donde habían colocado días antes, para la protección de los pobladores, una Cruz Salvadora. Impartió instrucciones para que se hicieran las gestiones necesarias, con el fin de traer al sitio la imagen de la Divina Pastora desde Santa Rosa y la del Nazareno desde la iglesia de la Concepción. Buscaba realzar la rogativa, promoviendo el encuentro de ambas imágenes ante la Cruz Salvadora. El Nazareno llegó primero y la gente, de rodillas, esperó pacientemente la llegada de la Divina Pastora. El padre Yépez, acompañado del presbítero José María Raldiriz, su amigo y colaborador más inmediato, presidió la ceremonia mientras los feligreses oraban, implorando el cese de la epidemia. Dicen que a partir de ese día la epidemia comenzó a perder su intensidad y hubo menos víctimas. Culminó la ceremonia ante la Cruz Salvadora y la imagen sagrada no regresó a su iglesia, sino que fue llevada a la iglesia Concepción, donde fue recibida por el Padre Yépez quien había ofrecido dar una plática para concluir a lo grande la rogativa. Sus palabras resonaban en la iglesia, suplicando la ayuda celestial y exhortando a los fieles a que acudiesen confiadamente ante la Divina Pastora para implorar su amparo y protección, cuando de repente, en mitad de su discurso, el sacerdote cayó de rodillas ante la imagen de la Divina Pastora y con los brazos en cruz, ofreció su vida para que la epidemia tocara su fin, exclamando: "Virgen Santísima, Divina Pastora, en aras de la Justicia Divina, por el bien y salvación de este pueblo te ofrezco mi vida. Madre mía, Divina Pastora, por los dolores que experimentó tu divino corazón, cuando recibiste en tus brazos a tu Santísimo Hijo en la bajada de la Cruz, te suplico Madre Mía, que salves a este pueblo, ¡Que sea yo la última víctima del cólera"

La epidemia efectivamente terminó, gracias a la intercesión milagrosa de la Divina Pastora y que el padre Yépez, al morir el 16 de junio de 1856, se convirtió en la última víctima del cólera. Fue así como quedó determinado que José Macario Yépez ofreció su vida el 14 de enero de 1856, en un sacrificio pleno de bondad y entrega, para salvar la ciudad de la epidemia de cólera. Esa es la tradición que ha perdurado hasta el presente, grabada en la memoria colectiva de los barquisimetanos.


Iglesia de Santa Rosa colmada de las tradicionales danzas de los zaragozas durante la celebración del día del cultor larense.

Estatua en honor al padre Macario Yépez.

Escultura cinética «Manto de María Divina Pastora», el cual es el monumento mariano más alto del mundo.

La solemnidad de los trajes de la Divina Pastora

Parte de las expectativas que guardan los feligreses los días previos al 14 de enero es cuál será el vestido que lucirá durante la procesión la Divina Pastora. Y es que ese día es cuando los feligreses ven en la imagen de la virgen el diseño del traje confeccionado exclusivamente para ese solemne acontecimiento.
Cuenta la historia que la primera imagen de la Divina Pastora fue trajeada por monjas del Convento de la Encarnación, quienes la vistieron con un traje de Pastora siguiendo la descripción del Padre Isidoro.
Finalmente fue en Octubre de 1.705 cuando la imagen de la Divina Pastora, es llevada a su primera procesión dentro de una gran solemnidad hasta la iglesia parroquial de Santa Marina, que para el momento constituía la novena sede de la “Primitiva Hermandad del Rebaño de María”. De allí en adelante ha sido infinita la propagación de esta advocación mariana.
Con esa misma adoración convergieron religiosidad, arte y talento para hacer una realidad nuestra Divina Pastora. 
Un Padre Capuchino de nombre Fray Isidoro de Sevilla tuvo la inspiración divina por cuya autoría intelectual se concibe la imagen de la Divina Pastora.
Un reputado Pintor de la Escuela Sevillana, Miguel Alonso de Tovar mediante el trazo y su intelecto lleva al lienzo la venerada imagen, la misma que utilizaría Francisco Antonio Gijón, para a través de la talla, patentizarla anatómicamente al tamaño natural, la cual fue cuidadosamente vestida con un fino y sencillo traje de Pastora, confeccionado por las mojas del convento de la encarnación. Así nació la Divina Pastora
El acto de cambiarle el vestido a la Virgen, es uno de los cultos marianos más antiguos de Venezuela, y es que han sido más de 160 diseños los que ha exhibido la virgen a lo largo de su historia.
A continuación mostramos algunos de los vestidos lucidos por la Virgen, expuestos en el Museo Arquidiocesano Divina Pastora, inaugurado el 14 de enero de 2004.
Para la visita 161º de la Divina Pastora, el traje confeccionado exclusivamente para la ocasión, fue creado por las hermanas Yamile y Claudia Arias miembros de la Zona Pastoral San José Obrero, del municipio Iribarren, al oeste de la ciudad de Barquisimeto quienes fueron los seleccionados para el prestigioso acto.

El vestido es de color verde con detalles dorados y lleva dos iconos representativos bordados en la parte delantera. El primero es un pelícano alimentando a sus crías, considerado uno de los más antiguos de la iconografía cristiana, y uno de los animales más citados como el cordero y el fénix. El ave representa el sacrificio de la Eucaristía de Cristo.


    Por su parte, el vestido del niño lleva consigo el ícono de su padre putativo San José, en representación de la Zona Pastoral San José Obrero. Cabe destacar que desde hace 2 años las autoridades eclesiásticas decidieron otorgar a los feligreses la oportunidad de vestir a la Pastora, a través de las zonas pastorales del estado Lara.

Historia

     
El comienzo de la veneración por la Divina Pastora se remonta al año de 1736, fecha en que el párroco de Santa Rosa encargó a un famoso escultor que le hiciera una estatua de la Inmaculada Concepción. No obstante, por una extraña equivocación, en lugar de la Inmaculada, llegó al pueblo la imagen de la Divina Pastora. De inmediato el párroco quiso devolverla, pero por mucho que lo intentaron, no pudieron levantar el cajón donde habían colocado la imagen. A partir de este momento la población interpretó este raro acontecimiento como señal de que la Divina Pastora quería quedarse entre ellos. Posteriormente, durante los sucesos del terremoto de 1812, el templo donde se veneraba la Divina Pastora fue destruido, pero su imagen quedó milagrosamente intacta, hecho que reforzó la creencia de los fieles de Santa Rosa de que la Virgen quería quedarse siempre entre ellos para protegerlos.

Finalmente, a mediados del siglo XIX venezolano tuvo lugar un acontecimiento que contribuiría a la consolidación definitiva de la Divina Pastora como patrona del estado Lara. En 1855, se desató en Venezuela una terrible epidemia de cólera. Muchas familias de Barquisimeto fueron diezmadas por el terrible mal, ante lo cual fueron completamente inútiles medicinas, lamentos y plegarias.

Desesperados y como último remedio, los pobladores decidieron sacar en procesión por las calles de Barquisimeto la imagen de la Divina Pastora para implorar su misericordia, la cual fue concedida, ya que a partir de ese mismo día, cesó la epidemia de cólera. Es por esto que en recuerdo de ese hecho, todos los 14 de enero se traslada, en una procesión multitudinaria y fervorosa, la Divina Pastora a la Catedral de Barquisimeto desde su iglesia de Santa Rosa. Esta procesión es considerada la segunda más importante de Latinoamérica, solo superada por la de la virgen de la Guadalupe en México